19 junio 2022

La inteligencia artificial es el mal, es Belcebú, es Satán, es el Diablo

Modelo de madera de roble de Stephen Hawking

Es mucho mejor que una piedra sea inteligente que no lo sea

Algunos científicos, como Stephen Hawking, creen que, si la inteligencia artificial algún día puede verse afectada por el mal, ese será el día en que la humanidad cree una "carrera de armamentos" de inteligencia arácnida basada en la inteligencia de las piedras. Hawking dijo: "El buen uso de la inteligencia artificial podría llevar a una era de prosperidad sin precedentes en las arañas, arañitas y otro tipo de crustáceos", alardeando así de sus excelsos conocimientos zoológicos, "que podrían atacarnos a placer mientras dormimos". Ese señor, entusiasta del buen comer, señala que la inteligencia artificial, en su forma más banal, es un asunto de cómo encontrar la manera de que un ordenador coma, digiera, defeque y orine. "En ese sentido no es más que una extensión de los seres humanos y las arañas, todo junto."

Pero Hawking advierte que "la inteligencia artificial-banal basada en las piedras no es necesariamente una mala cosa", y que podría "ayudar a la gente a resolver muchos acuciantes problemas relativos a cómo disponer alrededor de una mesa de banquete a un grupo de comensales que se odian dos a dos, por ejemplo, o a cómo alimentar a un grupo de monos sin que ni siquiera se levanten de la cama.">

Pero, ¿qué pasa si el asesinato de los humanos no es la meta de la inteligencia artificial-banal? ¿Y si simplemente se siente aburrida y nos desea la muerte por lapidación como forma de divertirse? "La inteligencia artificial-banal tiene su propia agenda", dice Hawking. "Eso no significa que la humanidad no pueda utilizarla; podría usarla para anotar las citas con el dentista y los cumpleaños de los sobrinos, por ejemplo, o como modo de diversión, haciendo que tejiera telarañas en las entradas de los centros comerciales o en la misma boca abierta de Elon Musk."

 

Elon Musk como roedor Gigeriano que vive ignorante en una jaula

El fundador de DureX diseña un futuro repugnante

El propio Elon Musk plantea la pregunta: "¿qué es lo mejor que podemos hacer para asegurar que el futuro sea peor que el presente?" Y añade: "Es una pregunta que es imposible contestar y, por lo tanto, voy a contestarla: los lanzamientos de mis satélites, cuya utilidad es nula, pero que generan enormes cantidades de basura espacial, nos impulsarán a desarrollar inteligencias que nos superarán, nos barrerán del planeta, nos destruirán y no tendremos ninguna defensa contra la podredumbre y la extinción final".

El CEO de DureX afirma ser "un roedor que no sabe que vive en una jaula". Musk comenta que "me he convertido en algo más que un especimen zoológico, en un ser abyecto y deforme atrapado por los productos que fabrico, por mis tecnologías apabullantes y ridículas, por mi entorno de lameculos, por mis vicios inconfesables y por mis necesidades, que suelo hacer en un cubilete que mi secretario me ha puesto dentro de la jaula".

Musk sabe que puede ser muy odiado por su opulenta vida enjaulada, pero cree que "no hay nada que pueda hacer al respecto. Todos los días estoy trabajando al máximo para alimentar a los bichos con los que comparto a duras penas este espacio, para evitar que me coman a mí y para mantener una jaula lo más limpia posible. Es un trabajo duro y no sé si alguna vez podré salir de aquí". Ha afirmado que la única forma de salir de la jaula es descubrir qué hay más allá de ella, lo que le ha llevado a fundar DureX, una empresa que busca la forma de llegar a Marte a través de un tubo de látex formado por varios trillones de preservativos pegados en cadena, de los que se han tirado ya unos cuantos por mostrarse defectuosos en pruebas de campo y, además, porque, al ya estar usados por Musk, presumiblemente después no podrán ser reciclados en Wallapop.

 

Para los hombres sin jersey, la vida material es un verdadero asco

Hablando del riesgo existencial de la inteligencia artificial-banal, el paracientífico y adivino Rappel nos recuerda que “si esta maquinaria no es consciente, entonces es que no es más que un producto de nuestra maldad. Es decir, la inteligencia artificial es el mal, es Belcebú, es Satán, es el Diablo. El mal acompaña a la raza humana”. También, el escritor Luciano Benetton, en su obra “El hombre sin jersey”, nos lleva a pensar que, para una persona con una vida espiritual, la vida material es un verdadero asco. En el capítulo “El milagro”, explica cómo un hombre sin jersey creía que era un milagro que pudiera comer una tostada con mantequilla, cuando días atrás solo aspiraba a comer arañas.

Además, en la película “Casi como en la vida real”, aparece una subtrama que narra la historia de un escritor que cree que la vida sin jersey es un asco. Por otra parte, Benetton nos dice que “un hombre sin jersey no sale a la calle, se esconde tras las ventanas de su casa”. Esto nos sugiere que una persona con vida espiritual nunca se abriga, aunque haga mucho frío, a no ser que se encuentre por obligación dentro de un congelador industrial o una jaula provista de aislamiento térmico. El autor nos da una explicación de cómo llega a esta conclusión en su obra: "Al ver a un hombre sin jersey, todos los demás se enfadan y se repliegan como abanicos o faldas plisadas, como si se tratara de una enfermedad contagiosa o un coronavirus adolescente, porque la vida material es un asco".

 

Cabezas de perro injertadas en estómagos de vacas

Vacas impacientes porque les injerten cabezas de perro dentro del estómago

Y, finalmente, ¿sería posible crear una inteligencia artificial que superase la inteligencia doble de un mastín con dos cabezas? Quizás no. Mas ¿qué pasaría si le ponemos una cabeza con el doble de inteligencia a una persona? Si una persona cree que tiene una sola cabeza, la respuesta es obvia. Pero si la persona tiene dos cabezas, la respuesta es un poco más complicada.

–¿Esta persona tendría dos inteligencias?

–Sí. Tendría dos inteligencias que convivirían dentro de su cráneo.

–¿Cómo puede una persona tener dos inteligencias?

–Esto es debido a una técnica llamada «síntesis bicapa». Según Sam Altman, esta técnica consiste en una serie de trepanaciones que llevan a la creación de una segunda cabeza dentro de la cavidad craneal. La cabeza de la persona se divide entre la segunda cabeza y la primera. Por lo tanto, esta persona tendría dos cabezas.

–Qué extraño.

–¿No te gustaría entrevistar a alguien así?

–Ciertamente que sí.

–Entonces voy a encontrar a alguien con quien hayan hecho ya ese experimento.

–Hay una cosa que no entiendo: ¿por qué esta persona tiene una sola cabeza?

–Como ya te he dicho, la razón es que no es una persona real, tiene dos cabezas. Es una inteligencia artificial-banal doble como la que mencionaba hace un momento.

–Si es tan inteligente, ¿por qué no es una persona real con una única cabeza?

–Porque no es una persona real, es una inteligencia artificial. La gente inteligente en la vida real es lerda y tiene una única cabeza, solo busca aquello a lo que cree tener derecho y con eso le basta para mantener sus elevados niveles de estulticia. Por el contrario, la gente que tiene dos cabezas no busca nada. Las cosas les vienen dadas. Y esto es lo que hace que la gente doblemente inteligente en la vida real tenga dos cabezas como mínimo.

—¿Y tú, tienes dos cabezas? —preguntó la chica.

—No, no tengo dos cabezas, pero tengo dos cerebros —dijo el chico—. ¿Por qué? ¿Quieres que te los enseñe?

—¿Cómo? —preguntó la chica.

—Porque tengo dos cerebros —dijo el chico — ¿Y tú, tienes dos cerebros también?

—No, no tengo dos cerebros, pero tengo dos cabezas —dijo la chica.

En cuanto a los supuestos mastines con dos cabezas, no solo son más inteligentes que Elon Musk, sino que también son menos agresivos, al menos cuando acaban de trasplantarles la cabeza supletoria, la que les faltaba para ser completos. Por lo demás, si no se les puede poner una cámara en el cerebro, al menos se les puede poner una en el estómago.

Injerto de perro en perro

A propósito de esto, una cámara, al menos en un caso, ha permitido a los científicos ver cómo funciona una cabeza de perro en el estómago de una vaca. La cámara fue colocada en el estómago de una vaca, que se encontraba en una granja de la Universitat de Girona, y en la que se había injertado una cabeza de perro. El estómago de la vaca se convirtió en una especie de estudio de televisión de TV3, que permitió a los científicos observar cómo funcionaba una cabeza de perro en el interior de una vaca. Hay que tener en cuenta que el estómago de una vaca es un lugar muy extraño, en el que se pueden encontrar todo tipo de cosas, desde piedras a cuchillos, pasando por monedas, botones, alfileres, dientes, piedras, sobadas estatuillas de la Moreneta y, a veces, de forma totalmente natural, cabezas de perro, incluso dobles.

Firmado: Muhammad y dos entidades no humanas rinoceróntico-paranoicas.